Quién no responde bien ante una caricia, un beso y a un trato afectuoso, máximo cuando sientes que vas perdiendo cada día tu autonomía, independencia, y facultades mentales. El amor, cariño y buen trato es la mejor terapia que podemos darles a esos seres que tanto amamos y que sufren de la Enfermedad de Alzheimer.
Esta enfermedad podría ser considerada como una de la más devastadora tanto para el enfermo como para la familia. En en fases iniciales se observan problemas de memoria y atención pero en la última fase afecta tan severamente la condición física y mental que la persona pierde sus facultades y termina siendo totalmente dependiente.
A pesar de que las personas van perdiendo la memoria y olvidando cada día más, lo último que ellos olvidan son los sentimientos. En fases avanzadas de la enfermedad no reconocen a familiares y allegados; sin embargo, los rostros seguirán siendo familiares. Puede que no reconozca que quien le cuida y atiende es su esposo(a) o hijo(a) pero esos sentimientos desarrollados durante su vida le hacen sentir confianza y tranquilidad. En otras palabras la memoria sentimental se mantiene.
Esto explica las razones por las cuales la mayoría de pacientes se sienten más cómodos y seguros cuando son cuidados por familiares que cuando son cuidados por personas extrañas. Independiente de quien los cuide lo importante es el amor y el buen trato que ofrezcamos a la persona.
A medida que evoluciona la enfermedad, es indiscutible que cuando cuidamos o acompañamos a personas con Alzheimer es fisicamente agotador y emocionalmente demoledor. Cómo resultado, en ocasiones por diferentes razones nos mostramos agresivos e intolerantes (muchas veces sin darnos cuenta) lo que generará una modificación de su comportamiento y conducta que desencadenará respuestas agresivas por parte de ellos.
Como cuidadores, es importante pedir ayuda y tener descansos necesarios que nos permitan recargar de nuevo baterías para poder desempeñar nuestra labor como el paciente lo requiere y sentir que hacemos lo correcto. No olvides que nuestra labor requiere de que estemos en buenas condiciones física, mental y sentimentales.
Finalmente, la paciencia, el amor y la tolerancia son los componentes claves que debemos tener siempre presentes en el cuidado de esa persona que amamos y que tanto necesita de nosotros. También debemos tener respeto y entender que aunque en muchas ocasiones se comporten de manera infantil, son adultos que sufren de una enfermedad que los hace actuar de esa manera y no podemos estar regañando y prohibiendo. Debemos ser flexibles y comprensivos, mas bien estar atentos de situaciones que puedan poner en peligro su integridad.