En las personas y especialmente en el adulto mayor que padecen de enfermedades de deterioro cognitivo es muy importante realizar actividad física y mental con el fin de retardar la aparición de los de los síntomas que se desarrollan derivado del sedentarismo y la falta de ejercicio mental; lo que conlleva a que las personas pierdan su autonomía e independencia y tengan cambios en su conducta que nos dificultan su manejo y la convivencia. Estudios realizados han encontrado que la realización de ejercicio físico y mental regularmente pueden mostrar resultados en tan solo doce semanas.
En este blog trataremos el tema de la actividad física y luego hablaremos sobre la actividad mental. La actividad física como caminar, subir escaleras y ayuda en los quehaceres diarios, entre otros es de mucha ayuda. Muchas veces consideramos que cumplimos simplemente con contratar una enfermera, o otra persona que la cuide o inclusive nosotros mismos, teniendo a nuestro familiar como «una matica a la que le echamos agua y ahí se queda todo el tiempo». Por experiencia, sé que la mayoría de las veces es difícil motivarlos a hacer alguna actividad porque no quieren realizarla o porque se acuestan mucho tiempo. Sin embargo, pero debemos encontrar la manera de convencerlos de la necesidad de realizar actividades diarias que les mantenga su calidad de vida el mayor tiempo posible.
De acuerdo con Maria Carrillo, directora de Ciencia de la Asociación para el Alzheimer «Es especialmente importante que los cuidadores piensen cómo mantener a sus seres queridos tan comprometidos con el ejercicio como sea posible. Lo peor que pueden hacer es mantener a sus seres queridos en casa mirando televisión«. Esto no lo hacemos de malos sino por falta conocimiento; es por ello la importancia de informarnos sobre las actividades que podrían realizar de acuerdo a su estado físico, sus capacidades, el estado de la enfermedad, gustos y disponibilidad de recursos que tengamos.
Con relación a la Enfermedad de Alzheimer, estudios han demostrado los efectos positivos de realizar ejercicio, sobretodo en estadios tempranos. A pesar de que en fases más avanzadas, no se ha observado la misma efectividad; se ha encontrado que la actividad física se produce mayor oxigenación para el cerebro, mejora las conexiones entre las neuronas, la memoria, la ansiedad, así como las funciones sensoriales y motoras. De igual forma, mejora la movilidad y la flexibilidad, el estreñimiento y las alteraciones de sueño, el desempeño funcional y permite la interacción con los demás y ayuda a mantener los niveles de atención. En esta fase se recomiendan tareas que la persona conozca previamente como salir a pasear o algún juego o deporte que haya hecho desde siempre.
Si realmente queremos que nuestros familiares nos acompañen el mayor tiempo con una buena salud y anclados a la realidad; el suministrar los medicamentos y dar una buena alimentación no es suficiente. Son muchos los beneficios de la actividad física en las personas y especialmente en adultos mayores. Ya sea que tengamos a nuestro familiar en casa o hayamos decidido que sea cuidado por un lugar especializado para tal fin; es importante que desarrollemos o revisemos una rutina que les permita activar su cuerpo y mente. Las rutinas permiten crear hábitos y a su vez facilitan la vida a cuidadores y enfermos.