Es posible mantener las facultades mentales y su autonomía el mayor tiempo posible de una persona con deterioro cognitivo; ya que esto retarda el avance de la enfermedad, disminuye la dependencia física, las alteraciones en el comportamiento y la necesidad de cuidado especializado por parte de familiares, cuidadores y profesionales de la salud.
El objetivo final es mejorar el bienestar y la salud de todos los que intervienen en el proceso. Es muy doloroso ver como nuestro familiar o paciente se va deteriorando y sentimos que lo estamos perdiendo sin poder hacer nada. Pero, realmente si podemos hacer y mucho. Esta en nuestras manos tomar la iniciativa e iniciar procesos que nos permitirán acompañarlos y permitirles que tengan una mejor calidad de vida.
A veces los sobreprotegemos y no les permitimos hacer nada porque pensamos que es lo mejor para ellos; pero lo único conseguimos es que se mantenga en un estado de inactividad física y mental y esta pasividad solo los lleva a que el avance de la enfermedad sea más rápido, su salud se empeore y el deterioro sea más evidente. Al mantener la independencia de la persona la vida será más fácil para el paciente y el cuidador y en general para todos.
¿Y cómo logramos este objetivo? La respuesta es mediante un trabajo multidimensional; como lo he tratado en otros blogs, es necesario trabajar el tema desde varias perspectivas. Sin embargo, como lo prometido es deuda (lo dije en el blog pasado), hoy trataremos el tema de la estimulación cognitiva, hay que activar su mente a través de diferentes actividades (valga la redundancia). Hay que tener en cuenta que dicha estimulación es necesaria tanto para personas que presentan deterioro cognitivo en cualquiera de sus fases como para adultos mayores sanos que están en proceso de envejecimiento normal.
La estimulación es importante en cualquier fase del deterioro; desde el deterioro leve (que permite incluso hasta reversarlo), en fase moderada e inclusive en fases avanzadas cuando el estado es tan grave que es muy difícil y a veces hasta imposible la realización de actividades. Por ello, debemos recurrir a nuestra imaginación y creatividad para mantenerlos conectados con el entorno; así parezca que ya no entiende lo que se le dice es necesario seguir estimulando a través de la voz, el tacto, gusto o vista e inclusive simplemente con muestras de cariño y afecto.
Hasta hace poco se pensaba que, la estimulación en las personas con deterioro cognitivo tendría efectos reducidos o nulos. Cada día hay mayor evidencia de los efectos positivos que tiene la estimulación dado que permite la regeneración de células nerviosas y generación de nuevas conexiones entre ellas.
En el argot médico lo conocemos como neuroplasticidad. Este término hace referencia a la forma como nuestro cerebro puede cambiar al relacionarse con el entorno. Es esa capacidad que tienen nuestras células nerviosas de desarrollar nuevas conexiones, (ya hablé algo de esto en el blog Cómo se puede retardar los síntomas de EA). Si ganamos en experiencia y nuevas conductas las conexiones se fortalecen pero si no las usamos se pierden; en pocas palabras si usamos las neuras con frecuencia estas se fortalecen, pero si no las utilizamos se mueren; como el dicho popular «lo que no se usa se atrofia».